EL JARDÍN DE TUS DELICIAS
Flores, pedazos de tu cuerpo;
me reclamo su savia.
Aprieto entre mis labios
la lacerante verga del gladiolo.
Cosería limones a tu torso,
sus durísimas puntas en mis dedos
como altos pezones de muchacha.
Ya conoce mi lengua las más
suaves estrías de tu oreja,
y es una caracola.
Ella sabe a tu leche adolescente.
y huele a tus muslos.
En mis muslos contengo los pétalos
mojados
de las flores. Son flores pedazos
de tu cuerpo.
(De “Indicios vehementes,
Ediciones Hiperión, 1990)
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